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Divestadística ESTADÍSTICOS DE AYER Y DE HOY

 

Ana Serradó Bayés - Lda en Matemáticas y Dra en Filosofía y Ciencias de la Educación


“Todavía pensamos mucho en el cálculo y no en interpretar resultados”

 

Ángel Luis Mena Jiménez
Licenciado en Humanidades
Escuela Andaluza de Salud Pública

 


Estadísticos de ayer y hoy. Enrique Castillo

Natural de Arbúcies (Gerona) vive en Puerto Real (Cádiz), donde enseña matemáticas a alumnos de ESO en el Colegio La Salle Buen Consejo. Licenciada en Ciencias, sección Matemáticas, y Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación, su labor divulgadora es extensa y muy activa, sobre todo en educación secundaria, donde pone todos sus esfuerzos en que los docentes aprecien y sepan transmitir la estadística a sus alumnos. Además de contar con una importante actividad investigadora muy ligada al aprendizaje de las matemáticas y de colaboración en proyectos internacionales de alfabetización estadística.

 

 

¿De dónde surge su interés por divulgar algo tan “duro” como la estadística?
El hecho de ser profesora ya es divulgar. Mi gran preocupación siempre ha sido intentar saber el “¿para qué sirve?”. Si esa pregunta se transmite a los alumnos, ya están motivados para el aprendizaje. La mayoría de profesores no da estadística porque no le otorgan la importancia que tiene, lo ven como algo muy descriptivo, algebraico. Y del “para qué” se evoluciona más allá. Gracias a la divulgación se le puede dar el valor que no tiene habitualmente. Por ejemplo, pensando en la crisis económica: un mejor conocimiento de la estadística habría favorecido la comprensión de que no existe crecimiento infinito.

 

Usted trabaja en el proyecto ISLP (Proyecto Internacional de Alfabetización Estadística). ¿Tan pobre es el conocimiento en Estadística para hablar de “alfabetización”?
El proyecto de alfabetización es un gran reto en el que llevo 5 años, y la “alfabetización” no es un problema español, es de todo el mundo. De hecho, todo empezó internacionalmente en 1996, cuando el ISI (Instituto Internacional de Estadística) vio prioritario subir el nivel general. Esta entrevista misma es un elemento de alfabetización. Aunque el principal esfuerzo que se hace es con menores, que son el futuro. No se puede cambiar a personas de 50 años: profesionales, universitarios, periodistas, etc. Hay que motivar a la generación que tenemos ahora para que se vea en un futuro. Cambiar es muy difícil. Por ejemplo, en un país como Sudáfrica tienen claro que para conseguir que su país mejore hay que cambiar la educación.

 

¿Cuáles son las actividades más visibles del proyecto de alfabetización?
Es un proyecto de proyectos, con muchas iniciativas, que permite un gran intercambio entre alumnos, profesores, profesionales… Por ejemplo, se organiza un concurso que empieza a nivel de centro escolar, luego pasa a nacional y acaba en un encuentro internacional. Precisamente en 2009 asistimos a Durban (Sudáfrica), con dos alumnos. Este año, en Dublín (Irlanda), no acudió nadie de España. Pedían un nivel muy desarrollado diferente al tipo de enseñanza que tenemos, como tampoco lo hacen los alumnos de Estados Unidos, que tampoco envió a nadie.

 

¿Tan malo es el nivel estadístico en España?
España es un poco diferente, se está empezando. Grandes países como Canadá, Estados Unidos o Australia trabajan directamente con los institutos nacionales de estadística. Aquí nos empezamos a dar cuenta de hay que hacerlo. A los países mediterráneos se nos ha considerado bastante “aparte” por la tradicionalidad de la enseñanza, que está muy centrada en el contenido. Y en España, pese a que desde 1990 la Estadística está en el currículo, está al final del temario y los profesores no lo imparten. En los libros de 3º de ESO se pide que se calculen medias, medianas, etc, pero no que se interpreten. En esto estamos atrasados, sólo pensamos en el cálculo.

 

¿Es un problema estructural del sistema educativo?
Nuestra perspectiva se parecerá más a la de Estados Unidos, nuestras líneas de investigación están más asociadas al conocimiento que al pensamiento. Y no hay centros preparados para un currículo que quiera interpretar. Aunque como las pruebas de diagnóstico que se realizan a niños piden razonamiento, se está empezando a valorar.

 

¿Si estuviera en su mano, qué contenidos sobre Estadística introduciría en los centros educativos?
Los contenidos reflejados en los currículos son muy correctos, pero no se da importancia al proceso ni a la actitud, que no es la misma que la del matemático. El trabajo del estadístico no termina al calcular el número, termina al analizarlo y ver cómo puede aplicarse a la realidad. Si estuviera en mi mano, haría dos cambios fundamentales: 1) Cambiar el procedimiento y la actitud. No me interesa sólo lo que está en el cuartil perfecto, también cómo están a lo largo de la distribución. Como matemática, esto rompe mi mentalidad, que se reduce a que calcule y represente gráficamente. Pero hay ejemplos en los que calcular la media no lleva a nada. La importancia está en la variación de los datos y la incertidumbre para que vean que al llegar ahí en un cambio radical en cómo se construye el conocimiento. Esto haría que se viera que los modelos económicos o teóricos, que se consideran deterministas, pueden variar. 2) Que Estadística no fuese el último bloque del currículo, sino un contenido transversal. Si se deja al final, no se priorizará. Por ejemplo, que el primer día de clase se planteara un problema y que se fuese trabajando durante todo el curso. Y que tomase ejercicios que estuvieran en el día a día del niño, como cuántas horas de TV ve cada uno, cuántas personas están en clase, trabajar con las temperaturas, o con datos del INE… Es un modelo que se aplica en Australia y Finlandia, países que tienen una perspectiva de la enseñanza de la Estadística que tiende hacia el pensamiento y es más integradora.

 

¿Cómo valora la reticencia hacia la enseñanza de la estadística entre los profesores de la enseñanza obligatoria?
Es un hecho y tiene sus principios, documentados en investigaciones internacionales. El primero es que los docentes tienen como referente a los profesores que han tenido en la Universidad, y ese modelo se traslada al aula del centro escolar. Pero la Universidad está empezando a cambiar ahora y todavía no ha desarrollado la didáctica de la estadística. En segundo lugar, existe un principio determinista de que el resultado es transferible a cualquier situación. Pero la estadística no dice eso y parece una contradicción que hace sentir inseguridad a los docentes. Una tercera causa es que para un matemático, la interpretación se basa en unos principios, pero para un estadístico se basa en el contexto. Sumado todo esto, al final la reticencia se concibe como falta de preparación, de dominio del tema, y para no transmitirlo en el aula se piensa: “El año que viene lo voy a intentar”, y así año tras año.

 

¿Qué es lo primero que diría a docentes que puedan enseñar estadística en la educación obligatoria para motivarlos?
Una pregunta: “¿Ganas siempre a la lotería?”. Yo les contesto que no, que soy de estadística y que no juego a la lotería. Funciona bien con los alumnos y para un docente, después de esa reflexión, ve que aparecen muchas falacias y concepciones erróneas que los alumnos no conocen y les interesa por el tema. Hay muchos ejemplos a partir de juegos de azar, que si el docente ve que ha de pensar y aprender, para los alumnos también será útil.

 

Ese método de motivación requiere tiempo y conversación.
Claro, es como un diálogo socrático. Surge un proceso de comunicación, de interacción con los demás. En un aula de ESO o de bachillerato no funciona una metodología de clase magistral. Es muy útil, si en lugar de hacerlo de viva voz, se hace on-line, porque obliga a pensar lo que se razona. Con los alumnos trabajo a través de Internet porque se reúnen las tres cosas: conocimiento, pensamiento y razonamiento. Además, como mi gran preocupación está asociada al “para qué”, con Internet pueden buscar para qué sirven las cosas y utilizar la información desde casa. Primero van a copiar y pegar, pero luego profundizan.

 

Usted ha analizado contenidos de programas televisivos, como la serie Numb3rs, que también se ha comentado en Divestadística. ¿Cuál es su opinión sobre la información y la imagen de la estadística en los medios de comunicación y de entretenimiento?
Numb3rs está muy bien hecha hasta la 5ª temporada. Sirve muy bien como herramienta para divulgar la matemática, con guiones en los que participaban matemáticos, y en el que también entra la estadística. Todo lo que aparece en la serie es correcto e incluso en su web incluyen juegos y actividades útiles para los alumnos. En general hay series y películas muy buenas, como Ágora, de Alejandro Amenábar. Esa película no es de matemáticas, pero el momento en que Hipatia quiere conocer la relación entre el sol y los planetas… esa escena es matemática pura y dura. Otras películas como La habitación de Fermat o El indomable Will Hunting son muy útiles para ilustrar un momento. Pero ilustrar sólo no sirve, ha de haber también una actividad detrás.

 

Los últimos contenidos de Divestadística están muy centrados en la influencia de Thomas Bayes, ¿alguna relación con su familia materna?... En serio, algún comentario sobre la estadística bayesiana?
Es una broma que me hacen a menudo. No existe vínculo que yo sepa. Sobre su influencia en la enseñanza secundaria puedo decir que, a nivel de probabilidad, me da la oportunidad de que existe un pasado y unas condiciones que me van a afectar. Esto es precisamente lo que yo intento transmitir.


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     Octubre de 2011


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