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Divestadística CINEMA ESTADÍSTICO

 

Mujeres matemáticas

 

Julia Sánchez-Cantalejo Castañeda

Diplomada en Ciencias y Técnicas Estadísticas
Escuela Andaluza de Salud Pública





El poeta debe ser capaz de ver lo que los demás no ven, debe ver más profundamente que otras personas. Y el matemático debe hacer lo mismo…
Sofia Kovalévskaya

Desde la Antigüedad hasta el siglo XX, las mujeres no tenían derecho a recibir educación excepto algunas afortunadas que, al menos, estudiaban literatura y música, con el objeto de amenizar las reuniones sociales.
Hoy en día, es difícil imaginar que Shakespeare únicamente pudiese contar con actores para escenificar sus obras o que sólo algunas artistas como Frida Kahlo o Tamara Lempicka pudieron desempeñar su profesión y ser reconocidas en vida, mientras la mayoría quedaban relegadas al olvido, como en el caso tan debatido de la escultora Camille Claudel.
En el mundo de la ciencia, apenas hay personalidades femeninas relevantes. Por ejemplo, si leemos la lista de los matemáticos más importantes de la historia, no hallaremos a ninguna mujer. Pero existieron.

Cinema Estadístico. Mujeres matemáticas. Teano

La primera matemática conocida, Teano, alumna de la sociedad secreta que creó el filósofo y matemático griego Pitágoras, destacó brillantemente entre todos los discípulos y sucedió al maestro tras su muerte. Se le atribuyen importantes tratados de física, matemáticas y medicina.



Probablemente, hubo mujeres también en la academia de Platón porque su madre, Perictione, había sido discípula de la escuela pitagórica. Sin embargo, el alumno más notable del filósofo atleta, Aristóteles, creía que la mujer era inferior al hombre y logró que sus teorías perdurasen durante dos milenios.


Cinema Estadístico. Mujeres matemáticas. Hipatia

No obstante, transcurridos siete siglos desde que Alejandro Magno, alumno de Aristóteles, fundase Alejandría, el museo alejandrino vivió su última época gloriosa gracias a Hipatia, hija de Teón, un matemático y astrónomo de la institución. Hipatia impartió clases de mecánica, filosofía y matemáticas, a la par que escribió sus tratados sobre las tres obras claves de matemática griega: “La aritmética de Diofanto”, “Los elementos de Euclides” y “El tratado de las cónicas de Apolonio de Pérgamo”. También fue una gran astrónoma y no sólo sabía utilizar un astrolabio, sino también construirlo. Su dramática muerte marcó un antes y un después en el mundo de la ciencia que, a partir de entonces, vivió un oscurantismo absoluto durante más de un milenio.


Cinema Estadístico. Mujeres matemáticas. Maria Gaetana Agnesi

Hasta el siglo XVIII, no se volvió a ver a una mujer enseñando matemáticas. Fue en la Universidad de Bolonia y en la piel de Maria Gaetana Agnesi, una joven que dominaba siete idiomas y que había publicado “Las instituciones analíticas” sobre cálculo diferencial e integral, que sólo Newton y Leibniz habían trabajado independientemente.


Cinema Estadístico. Mujeres matemáticas. Emilie de Breteuil

Tras la publicación de “Los principios matemáticos de la filosofía natural” de Newton, otra mujer divulgó el determinismo newtoniano por Europa, Emilie de Breteuil, marquesa de Chatelet. Nacida en la corte de Luis XIV, decidió convertir, junto a Voltaire, el castillo de Cirey en uno de los focos culturales principales del continente. En un momento en que los científicos se debatían entre las teorías de Newton y Leibniz, Emilie escribió el libro “Ilustraciones de física”, que conciliaba la física del primero con la metafísica del segundo. Su mayor obra fue la única traducción francesa de los principios de Newton, a la que añadió sus propias explicaciones. Es de notar también que, aún gozando de una posición aventajada, se veía obligada a vestir como un hombre cuando asistía a las tertulias científicas del parisino café Gradot.

Cinema Estadístico. Mujeres matemáticas. Sophie Germain

Si bien la marquesa de Chatelet había de disfrazarse, hubo otra mujer, Sophie Germain, seguramente la matemática más brillante de la historia, que llegó a suplantar a un antiguo alumno para poder estudiar en la escuela politécnica de París. Tras presentar sus trabajos, Lagrange quiso conocer al joven que tanto le había impresionado y, al descubrir que aquel ingenioso alumno era una mujer autodidacta, decidió darle clases privadas a partir de ese encuentro. Más tarde, Sophie realizó una aportación al Último teorema de Fermat que impresionó hasta a Gauss, el cual no supo quién era realmente su colega francés hasta que Sophie intercedió por él, ante Napoleón, para velar por su seguridad.
A pesar de que en el siglo XIX, las mujeres seguían siendo ignoradas en los ámbitos científicos, Sophie fue premiada por una de sus memorias en la Academia de Ciencias de París.


Cinema Estadístico. Mujeres matemáticas. Sofia Korvin-Krukóvskaya

Años después, una joven moscovita enamorada de las matemáticas, Sofia Korvin-Krukóvskaya, decidió consagrar su vida a la ciencia, sabiendo que en Rusia no podría hacerlo. Contrajo matrimonio para poder estudiar fuera, pasando a llamarse Sofia Kovalévskaya. Cuando emigró a Alemania sufrió los mismos impedimentos que en su tierra natal, pero en Berlín el matemático más sobresaliente del momento, Weierstrass, se mostró dispuesto a darle clases particulares. Sofia sólo pudo leer su tesis en Göttingen y ejercer, diez años más tarde, como profesora de matemáticas en la Universidad de Estocolmo. Al final de su vida, como Sophie Germain, logró ser reconocida en la Academia de Ciencias de París por uno de sus trabajos, sobre la rotación de un cuerpo rígido alrededor de un punto fijo.

Si deseas saber más sobre cada una de estas grandes matemáticas, no te pierdas el reportaje que nos regala Universo Matemático.

     Julio de 2011


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